A veces doy con el sesgo de lo absoluto
y las presunciones adquieren ese vértigo raro
que denota una forma de elegir
como elige, a su modo, el viento.
Aquella luna vuelve para delatarme
entre los caminos apagados
a fuerza de soltar caprichosamente
una telaraña de espuma.
¿A quién preguntar si lo inmutable
lleva consigo el resplandor hecho bestia
para que las palabras acaricien
este simulacro sin latidos?
miércoles, 11 de junio de 2008
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1 comentario:
Atrapada estoy, en la telaraña de luz que proviene de tus versos, en esta noche sin luna.
Besos!
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