viernes, 30 de mayo de 2008

AGOSTO

En la noche
los recuerdos que adelantan
una posible fuga
imitan el sello de la identidad.
Libre de mis errores
la Sudestada.

ALBUR

Para negar las ataduras hay que someterse
al mínimo reflujo del miedo.
El ave consiente la luna del gatillo
y sin embargo no altera su rumbo.
Los versos acompañan el trago
que reclama desde nosotros la locura.

LA PASION

Ya formaba parte de la ensoñación y la risa
con sus tentáculos amarillos
que urgían la vendimia perpleja
entre fuegos, amor y paladares.
Ya surcaba el mar como el asedio
a mil tesoros que demorarían
otro eje de poder hundido
por una sangre remota.
Ya mostraba su temblor de hoguera
desde las manos callosas de la gente
para nombrar eso que transporta el vino
robando luz amiga del tiempo.
Ahora la pasión pregunta
por aquellos andenes donde brotaron
las mariposas y el raro espejismo
que sigue fiel a la memoria.

ENTRE LAS FLECHAS VERDES DE LA SIESTA

Ha pasado el instante del acuerdo.
Unos y otros llenando el aire
rumbo al calor que habla muy bajo
entre las flechas verdes de la siesta.
El hijo conoce un lugar,
el padre aviva su marcha.

EL VERSO, EN TANTO, MUDA CON LAS MIGAJAS

Espacio de luz herida por un soplo calcinante:
los pies que van a jugar con el viento de la casa
mientras el humo sube al corazón renovado
y sucede como el rostro de Virginia en los papeles.
Han golpeado a mi puerta
las monedas que persiguen al traidor para soñarlo
más allá de la gloria del pan y del vino
o de la sombra inquieta del justo.
Es domingo: la calle vuelve a ser patio
(tal vez quiera probar algo desde la rutina).
El verso, en tanto, muda con las migajas
poblándose de resonancias tribales.

sábado, 24 de mayo de 2008

QUE RESERVAN TUS PASOS AL BROTAR EN UN ESPEJO

¿Qué reservan tus pasos al brotar en un espejo
simulando el néctar de la caricia
bajo los cadenciosos trazos del amante
o del imperio que sucede y te abandona?
¿Qué guarda ese animal violento
detrás de su lotería espumosa
para negar el abanico
en el que tu palabra me difunde?
¿Qué necesita el rastro nocturno
fuera de lo que destiñe con penumbra
al par que sonríe dulcemente
con las notas del saxo?

ESENCIA DE NARANJA QUEMADA

A la memoria de mi tío MARINO CECCOLI.

A veces un camión trae las marcas
de cualquier sueño tuyo
y mi pie revisa la cal de la primavera
entre lejanos clarinetes enmohecida.
El mismo bar de Bruno poblándome
como si tu palabra fuese un palmar lleno de novias.

¿A quién preguntar de noche
por el ojo alerta en el paisaje?

Tu vivo retrato descompone las hogueras del cielo.
Allí bailan retazos del ebrio dolor penitente.
Una migaja de sombra roba el secreto de las hamacas.

Nómade para vos mismo,
nómade para la familia.

¿Cómo reunir los peraltes de la infancia
con la curva final de tu pasión loca?

Aquel humo de las figuras bonachonas
en cada trago, esencia de naranja quemada.

Apenas dormida tu mano sauce
vuelve a cruzarme a la plaza:
ya es tiempo de contar con la lluvia
que nos iguala y rodea.

NUESTRA LATITUD

El Sur vuelve a prometer un torbellino de chispas
cuando el hombre divaga o mastica un silencio
las manos en el cruce de los panes
el pie denodado, alerta.
Este Sur hecho a la medida de los perros
que nacen de cualquier olvido
y no dejan de ladrar como verdugos
del ensueño fatal de las estrellas.
Sur incendiado por el mar espejo
donde la oceánica voracidad cabe
para preguntarse
por el anónimo destino posible.
Al Sur le basta con el peso de la historia
fugaz, desolada, sangrienta, oscura
niño dibujado por el diamante
de un faro que avanza muy libre.

ESE COLIBRI TAN FAMILIAR

Me convirtió en el eterno fugitivo de la tarde.
Su temblor dorado
viene a recordarme que las palabras
comunican el tesoro más alto
entre la razón y la locura.
Necesariamente habremos de sumar anhelos
para seguir, fieles al canto.