sábado, 24 de mayo de 2008

NUESTRA LATITUD

El Sur vuelve a prometer un torbellino de chispas
cuando el hombre divaga o mastica un silencio
las manos en el cruce de los panes
el pie denodado, alerta.
Este Sur hecho a la medida de los perros
que nacen de cualquier olvido
y no dejan de ladrar como verdugos
del ensueño fatal de las estrellas.
Sur incendiado por el mar espejo
donde la oceánica voracidad cabe
para preguntarse
por el anónimo destino posible.
Al Sur le basta con el peso de la historia
fugaz, desolada, sangrienta, oscura
niño dibujado por el diamante
de un faro que avanza muy libre.

2 comentarios:

princesa_bacana dijo...

Aquí mi aplauso: por este nuevo espacio, por la intensidad de tu poesía.

Besos!

princesa_bacana dijo...

Y otra vez mi sangre, que viene a ahondar la huella en este poema. ¡Es maravilloso!

Besos